jueves, 24 de noviembre de 2016

Recuerdo de una amistad

Miles de días han pasado desde la última vez que escribí en este blog. Un blog que vió nacer, marchitarse y morir un amor que nunca fue correspondido. Cegada por el dolor, borré todo cuanto había y decidí hacer borrón y cuenta nueva. Es quizá una de las decisiones más sabias que haya tomado en mi vida.
Siempre se ha dicho eso de "si las paredes hablaran", pero si los blogs hablasen, con todas esas entradas destinadas a marchitarse en borradores o en la papelera, si los blogs hablasen, contarían historias que la mayoría de nosotros desearían haber dejado en el olvido.
Se llamaba Dani. Luego hubo un David. Finalmente cambié de letra... y de país.

Pero hoy no recordamos malos tiempos, recordamos amigos perdidos, amigos que desearíamos reencontrar. Y el cuento dice así:

Érase una vez, una pequeña ninfa que se encontró con un marqués. Enseguida se hicieron muy amigos, juntos compartieron penas y alegrías. Hasta que un día perdieron el contacto.
No se puede decir que se enfadasen o que hubiese un malentendido, simplemente dejaron de coincidir, o de conectarse al MSN, o ambas cosas. 

La pequeña ninfa creció y se convirtió en adulta y aún se sigue acordando de su querido marqués, y desea con todo su corazón, que allá donde esté, sea inmensamente feliz con su amada; y sólo espera que la vida los vuelta a reunir de un modo u otro, pues tras 7 largos años, tienen muchas cosas que contarse.

¿Fin?